16 dic 2013

Ya hace días que lo cebamos...



Para Ona y Estel es LA tradición de Navidad con diferencia. Quieren al Tió con locura. Una vez ha "cagado", nuestro Tió se va a vivir a las montañas, donde no hace tanto calor y tiene árboles para vivir en medio del bosque. Hace un par de semanas apareció justamente en el bosque, y aunque el grito inicial de alegría al encontrarlo (porque en verano cuando caminamos por los bosques lo buscamos desesperadamente y no lo encontramos nunca), de golpe Ona se puso muy seria y medio llorosa dijo que ese no era nuestro Tió. Dijo que no le quería y durante un buen rato estuvo callada. Con la ayuda de Estel  lo subimos a casa y vimos que tenía una grieta en la corteza, y que era el nuestro. Finalmente Ona lo reconoció y lo abrazó  (buffff, qué sufrimiento sólo de pensar que nos hubiéramos  tenido que inventar). Ahora le damos la cena cada noche ... en espera de la Nochebuena.


El viaje del Tió (un artículo donde encontraréis un poco más de historia sobre la tradición)


2 comentarios:

  1. Los mios tambien adoran al Tió. Se pasan el día dejándole galletas, fruta, cualquier cosa que ellos comen acaban dejándole un pedacito al Tió. Qué penita que se nos hagan mayores tan rápido...

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  2. ME ENCANTA ESTA TRADICION! Me parece de lo más tierno que hay

    besos bella

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