21 jul 2011

¿Cómo demonios se hace un biberón?


Ahora pienso en ello y me parece increíble que llegara a plantearme que no sabía ni cómo hacer un biberón. Durante meses llegué a preparar 16 al día. Nuestro lema era: "Prepara biberones, da biberones, lava biberones". Tenía la terrible sensación de que no hacía nada más en todo el día, aparte de –también-  ir con los pechos al aire y dar de mamar. Y en sólo dos días entendí la frase que me decía todo el mundo: "Os vais a gastar un dineral en leche".Al llegar a casa me di cuenta de que aquellas criaturas tenían que comer ... En el hospital los "bibis" de apoyo ya venían hechos, pero en casa tenían que hacerse. Cuando nos quedamos solos y fui consciente de ello, me agarró un ataque de impotencia, rabia y desesperación. ¿Como teníamos que hervir el biberón? ¿Qué tetina les gustaría? Y qué medidas de leche les teníamos que hacer? Esto era algo que no entendía y me obsesionaba. Todo el mundo me decía: "Ya lo irás viendo, si tiene más hambre te pedirá más". Pero a mí me fascinaba esa "fe" que todo el mundo tenía en mi capacidad de ver las cosas. En aquel momento no veía nada y me puse a llorar porque no sabía preparar el biberón. Por suerte, fue Jordi que me dijo que no tenía ningún secreto y lo hizo.

2 niñas. 8 tomas. 16 biberones al día. Sí, claro, eran pequeños pero 16 biberones al día se dice pronto. Y otra gran pregunta ... ¿qué leche comprar? Compramos la misma que nos dieron en el hospital (pero atención, desconocimiento total de los tipos de leche, cuáles son mejores y porque, etc ...). No quiero hacer propaganda gratuita, pero el primer bote de Enfalac 1 de 900 gramos nos costó casi 24 euros. ¿Recordáis  lo de los 16 biberones? El bote duró 3 días. 31 días, dividido entre 3, son 10.3 botes. 10 botes multiplicado por 24 euros ... ¿Qué ?????? ¿¿240 euros mensuales en leche?? La invasión twin, que conlleva la consecuente multiplicación por mil del gasto económico, provoca que el ingenio también se multiplique por mil. Por un lado, la tranquilidad de estar en casa y el hecho de empezar a controlar la situación me ayudó mucho en la lactancia materna e iba combinando el pecho con el biberón. A la hora de la verdad no me sirvieron ni experiencias, ni consejos, ni filosofías. Hice lo que me surgió con más fluidez. El otro gran hecho que ayudó a frenar el incipiente y creciente gasto en botes de leche, fue descubrir los socios de los gemelos para la conspiración mundial. Aprendimos a negociar con las farmacéuticas.

4 comentarios:

  1. Madre mía que dineral, yo biberones he usado poco, con el primero, por unos problemillas de salud, pero solo era uno!!
    Lo de negociar con las farmacéuticas me ha encantado, intentaré hacer lo propio con los libros de texto, jajajaja

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  2. jajajaja, no sé si va funcionar con los libros de texto... pero lo de las farmacéuticas tiene tela y lo de las vacunas también... las negociaciones no es broma...

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  3. Dios... me he estresado sólo con leerte...! Buf, madre mía... Yo no tengo ni idea de biberones y me sonaba todo muy complicado! ;) También hubiera llorado con los cálculos que hiciste!!! ;) Un beso

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  4. Madre mía! Todo multiplicado por dos!!! yo también me he estresado pero aplaudo tu capacidad de organización y ojalá la negociación con las farmacéuticas vaya por buen camino

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