12 ene 2015

De angelitos y ratones


No hay nada que haya fascinado tanto a las gemelas como los primeros dientes que han caído. Ona fue la primera, dos en verano. Estel tuvo que esperar, ansiosa y con celos, hasta octubre. Estaba emocionada y asustada. Su hermana, con aire de suficiencia y con esa actitud de "yo ya sé de qué va todo esto", le decía que no se preocupara, que no le haría ningún daño. Y que luego, por la noche, poniendo el diente debajo de la almohada, vendría un angelito a dejarle un regalo. Ya estuvo liada, y empezó la discusión.

"A mí no me vendrá un angelito, vendrá un ratón".
"Pues a mí me vino un angelito".
"¡Es un ratón que se llama Pérez, me lo ha dicho Laia!"

Los dientes de leche se ponen debajo de la almohada y a la  mañana siguiente desaparecen. Por lo que leo, el angelito de los dientes es un mito popular catalán destinado a tranquilizar los niños. Una tradición que se hace en muchos otros países. Es de hecho una tradición prácticamente universal. En España y en los países latinoamericanos, está el Ratoncito Pérez. En Francia, también es un ratoncito (la petite souris) y en los países anglosajones, la Tooth Fairy (el hada de los dientes). Busco esta información, les explico y ellas mismas cierran fácilmente la discusión:

"Da igual si es un ratón o un angelito. ¿Verdad que igualmente te deja un regalito, mamá? "

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