11 jun 2013

Los niños también presionan

Muy a menudo se habla de la presión que los padres ejercen sobre los niños. O la escuela. Se hace cuando hablamos de responsabilidades, deberes, aprendizaje, expresión de sentimientos... los presionamos para que con 5 años lean y escriban perfectamente toooodas las letras y palabras y casi que hablen con fluidez el inglés... como mínimo. Además, hacen teatro, baloncesto y natación. (Puede parecer exagerado, a mí me parece una locura ponerles esta presión, pero sí es verdad que veo casos que lo toman como algo "normal").

Pero hoy no os quería hablar de este fenómeno (ya lo haré otro día en serio). Toda esta introducción era para hablaros del efecto contrario. Porque... a los padres... ¿quién nos defiende de los niños "presionadores"? Os pondré unos ejemplos-reales-de mis gemelas.

Método de presión 1: Sábado, 7 de la mañana. Se despiertan. Si tenemos en cuenta que durante toda la semana su padre a veces tiene problemas para levantarlas para ir a la escuela porque no hay manera de que abran los ojos y espabilen... no me digáis que no es un método de presión… premeditado por su parte.

Método de presión 2: Sábado, 7:30 de la mañana. Las tenemos las dos en la cama, en aquellos intentos desesperados de autoengañarnos y pensar que podremos dormir un poco más. Al menos, si nos levantamos de la cama a las 8.00, la cosa no hace tanto daño. Pregunta típica de Estel (recordad, sábado, 7:30 am): "Mamá, ¿qué comeremos para almorzar?". SIEMPRE la dichosa pregunta. Pero si no sé ni qué desayunaré, me acabas de despertar, tengo sueño, quiero dormir... ¡no tengo ni idea de qué haremos para comer!

Método de presión 3: Sábado, 7.35h de la mañana. Estel no se queda tranquila con mi respuesta. "Mama, y ​​después de comer... ¿qué haremos?”. Y no tiene freno: "¿Y para cenar qué comeremos?". Su hermana no se queda corta. "Mañana, ¿es fiesta o vamos a la escuela?". "¿Y qué comeremos en la escuela?". "Mama, ¿me pintarás un dibujo?"


Método de presión definitivo: 7.40h Tanta demanda de información me mata. Tanta presión para la programación diaria, un sábado a esta hora es insoportable. Me doy la vuelta y le suelto  a mi marido: "Si tú vas al comedor a jugar con ellas yo vengo dentro de un rato. Te lo cambio por la siesta”. Trato hecho.

2 comentarios:

  1. buenisimo como siempre... Al final se trata de sobrevivir... Pero estoy segura de que te habrá hecho soltar alguna sonrisa todo esto ... ¿a que si?

    besos MUAAAAK

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    1. y muchas carcajadas... :-) bueno, a las 7 de la mañana de un sábado (cuando me levanto cada día a las 5.45h), no muchas, la verdad...

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