Nuestros gustos en dibujos animados están cambiando un poquito, por suerte (podéis leer el post Dibujitis Aguda para comprobarlo). Como en todo, vamos a épocas. Ahora están fascinadas con Scooby Doo. Les encanta y cada miembro de la familia es uno de los personajes. A Ona le encanta Velma, a mí me ha tocado ser Daphne y mi marido es Shaggy. Estel ha decidido ser Scooby y no hay manera de que la puedas llamar por su nombre. Además, siempre tenemos que estar actuando.
"Shaggy, que está preparada la cena?"
"Daphne, ahora nos vamos a bañar?".
Y encima, en Semana Santa coincidimos con un grupo de animación que eran precisamente Velma, Scooby y además, llevaban la furgoneta tuneada como la Mystery Machine. Ahhhh! Impresionante. Emoción máxima. Desde entonces, Scooby se ha instalado con más fuerza que nunca en mi casa.
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