Podríamos pasarnos días
debatiendo y hablando de la relación especial entre gemelos, de conexiones,
semejanzas, diferencias... hay miles de artículos, estudios y reportajes, que
más científicamente dan vueltas alrededor del vínculo entre hermanos gemelos.
No es mi intención. Pero hoy me gustaría
hacer hincapié en cómo el hecho de ser gemelo, marca su forma de ver la vida.
Entiendo que es extensible a hermanos que se lleven poca edad, pero también
imagino (no soy gemela, no lo puedo saber, por mucho que lo intuya), que la
relación entre mellizos es inigualable.
Os quiero explicar algunas anécdotas
que me demuestran que para Ona y Estel, a pesar de ser dos niñas muy
diferentes, físicamente y de carácter, este mundo no lo entienden la una sin la
otra. O por lo menos, que lo "normal" es ser dos.
¿Cómo se pasean dos
bebés?: Ya lo habéis visto en la foto. Desde que hemos llegado de colonias,
todo el día están haciendo bolsas, preparando maletas y haciendo excursiones. Y
claro, nos llevamos las muñecas. En plural. Pocas veces portean a una sola. Así
que nada mejor que empezar a tomar la primera cinta que encuentran y atarse las
muñecas para poder ir paseando tranquilamente. Si os fijáis, las muñecas
también son gemelas.
La pregunta del
millón: Ahora hemos vivido una etapa en la que muchos niños de la clase han
tenido un hermano / a. Por eso cuando alguien les comenta:
- "Estoy
esperando un niño”... su respuesta es categórica:
- "¿Sólo
uno?"
Ona y Estel no piden
"un hermanito": Muchas veces alguien de la familia o amigos les ha
preguntado si les gustaría tener un hermano. Su respuesta también los deja a
cuadros:
- "Uno no, dos.
Así tendremos uno para cada una”
¿Qué está haciendo su hermana?
Una constante desde que son bebés. Una puede estar concentrada pintando en el
comedor y la otra jugando en la habitación. Pero siempre tienen la antena
puesta para saber qué está haciendo su hermana. Y se pelean, por supuesto que
se pelean... pero son las mejores compañeras de juego. Y el otra día, que Estel
no se encontraba demasiado bien y estaba tumbada en nuestra cama, Ona no podía
dormirse. "No puedo dormir sin Estel en la cama de al lado. Que venga, que
le cantaré una canción y ya se encontrará mejor. Así nos dormiremos las dos juntas”.
Lo que os decía, un
vínculo impresionante. Es un privilegio aprender de él cada día.
Hola!
ResponderEliminarDescubrí tu blog has algunas semanas y me gusta mucho. Te he dejado un regalito en el mío (www.criarsentirvivir.com).
Un abrazo!!