Niños y camping es
una combinación ganadora. Aire libre, espacios abiertos, poca circulación de coches
y piscina (elemento imprescindible). Da igual si está helada. Los niños tienen
esta increíble capacidad de tirarse sin ni planteárselo. Y el binomio ganador
es aún más fantástico ni se puede disfrutar en temporada baja o media (no lo
digo por nada, pero es que cada vez más me agobian más las aglomeraciones o
mucha gente en un mismo lugar).
Hace unos días
volvimos a Sant Pere Pescador (Gerona). Y digo volvimos porque era
"nuestro" camping de siempre, sobre todo, porque es un espacio
increíble y con todas las facilidades para practicar windsurf, el deporte que
practicaba el padre de las gemelas. Lo habéis captado bien y a la primera.
Practicaba. En pasado. Pobre, desde hace cinco años que no pone las tablas en
el agua. El camping (es La ballena alegre), nos gusta porque las parcelas son
grandes y están rodeados de windsurfistas (y kites, últimamente). Siempre
habíamos dicho (incluso cuando aún no teníamos hijos) que era un buen espacio
también para los niños, porque cuidan todos los detalles para ellos (lavabos a
sus medida, bañeras para bebés y espacio cuidado para cambiarlo los, etc...).
Pues bien, ya era
hora de probarlo, ¿no? Las mellizas ya habían estado en un camping, pero
habíamos ido de bungalow. No es la primera vez que me oís hablar de logística,
y de lo complicado que era ir con dos bebés de la misma edad. Ya hacía dos años
que queríamos probar, pero cuando nos decidíamos, había mala previsión de
tiempo. Pero ahora, con cinco años, y después de ver un capítulo de la Peppa
Pig que va de camping con tienda, lo teníamos clarísimo. Dicho y hecho.
No es necesario que me
alargue demasiado con el resultado, ¿verdad? Emocionadas entrando y saliendo de
la tienda... y ayudándonos a montarla. Contentas de ir en bicicleta. Felices de
nadar en la piscina. Divertidas de utilizar la nueva mesita para hacer las
comidas. Curiosas para ver cómo eran los lavabos y las duchas. Chismosas con
todos los vecinos, básicamente alemanes. Sorpresas de "dormir" tan
cerca de la playa. Contentas. Muy contentas.
¿Volveremos? ¡Por
supuesto!
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