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Motivar a los niños con letras y números es una
tarea que interesa a muchos padres. Pero cada niño es un mundo, y cada escuela
marca su ritmo. A Ona le interesaron mucho de entrada (en P3 le encantaban las
letras), pero luego se cansó. A Estel no le motivaban nada, y no ha sido hasta
este curso que le ha comenzado la fascinación por las palabras, pero sobre todo
por los números. En nuestra escuela no es una obsesión, y las niñas evolucionan
cada día que pasa. Son las pequeñas, y eso también se nota en su capacidad para
entender el concepto de las sílabas y sus diferentes representaciones. Eso sí, aprovechamos
todas las oportunidades para hacer crecer las ganas de saber cosas y despertar
su interés.Leemos cuentos, hacemos listas de la compra, miramos
precios y números en el supermercado, y hemos tenido algún juego para potenciar
ese interés por la lectoescritura. El comentario de las maestras es que no nos
preocupemos, que pronto harán el click y todos los conceptos se pondrán en su
lugar. Eso sí, potenciar su interés es un trabajo diario.
Hoy os quiero hablar de uno de esos juegos que me ha
parecido interesante y que las pequeñas ya han descubierto. Se trata de
KIDNELIS, un juego educativo de mesa que potencia la lectroescriptura en niños
de más de cinco años. Está creado por un equipo de emprendedores, y está
avalado por el pedagogo Carles Rodrigo. ¿Y cómo se juega? Pues encontramos unas
fichas con frases muy divertidas que los niños deben leer y escribir con letra
de imprenta o ligada, en una libreta que ya lleva incorporada el juego. Y como
son frases divertidas, los niños deben decidir y debatir si son verdad o
mentira. El juego se ha diseñado en catalán, castellano e inglés para no
nativos. A Ona y Estel todavía les cuesta un poco la letra ligada, pero les
gusta hacer prácticas. De momento vamos palabra a palabra. Y cuando las unimos
todas, reímos mucho.
Ya hemos hecho algunas:
El bebé conduce un coche de carreras (Estel se me
quedó mirando con cara de asustada. "Debe ser de juguete, ¿verdad,
mamá?")
Mi amigo vive en un árbol ("Marta durmió un día
en una cabaña en un árbol", dice rápidamente Ona)
El lápiz de mi clase canta ópera ("¡Ala! Eso no
es verdad", ríen las dos)
Y así nos hemos pasado un buen rato, intentando
escribir las letras y las palabras. Y equivocándonos. Y borrando (lápiz y goma,
por cierto, incluidos en el juego). ¿Y sabéis qué es lo mejor? Que como es un
juego, y nos estamos divirtiendo, equivocarnos no provoca ningún tipo de
frustración. Un elemento muy importante para que los pequeños avancen en sus
conocimientos. Si nos equivocamos, volvemos a empezar. No pasa nada.
Tomo nota, me vendrá muy bien para mi hija!
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