Me siento así. Sin batería y con necesidad vital de recargarme.
Junio ya es, por sí solo, un mes agotador. Final de curso, final de
extraescolares y preinscripción de las siguientes, preparación de los casales
de verano. Un mes donde se juntan fiestas y celebraciones y soy incapaz de
alargar más las horas. Creo que a todos / todas nos pasa lo mismo. El mes se escapa
como nada, y las semanas avanzan inexorables.
Pero este año, julio ha sido igual. Un mes en el que, encima, le dejo la
"responsabilidad" de planificar todos los médicos y revisiones que no
he tenido tiempo de hacer. Este año me ha coincidido con trabajar durante todo
el mes, y con cambios de horario. Las niñas han hecho dos casales diferentes,
dos dinámicas, dos listas, dos maneras de funcionar. Preparar comidas para que
se las llevaran.
Y mientras tanto, yo sólo tengo tiempo de hacer listas mentales de cosas
que quería contar en el blog.
El final de curso, de un P5 que no sólo es el final de un curso. Es el
final de una etapa. Y cómo llegamos y cómo la enfrentamos.
De la cantidad de cosas que las pequeñas han hecho en el Casal de la
escuela.
De cómo han querido probar un nuevo Casal y estamos muuuy contentos.
Y de cosas que no son tan fáciles de explicar, como tener que hacer frente
a los problemas de gestión de emociones de una de las pequeñas que nos hace
fortalecer como padres y buscar la ayuda necesaria para acompañarla.
Tengo la necesidad de escribir, pero me faltan las horas y las letras.
Ahora empezamos a cargar pilas, unos días para estar los cuatro juntos y
hacer lo que más nos gusta: Estar juntos y poner en marcha nuevas aventuras.
Poco a poco, a otro ritmo, os lo iré contando todo. ¡Que tengáis un verano genial!
Disfruta de todo amiga.
ResponderEliminarLo demás va viniendo poco a poco.
Besos y descansa que lo mereces mil