Esta mañana, en el autobús, estaba de pie junto a
una pareja mayor. Unos 75 años. Él me recordó a aquellos caballeros altos, con
su abrigo y una bufanda alrededor del cuello (hacía frío) y el pelo
absolutamente blanco y bien peinado. Ella miraba por la ventana. De golpe le
pregunta por la plaza que tenemos al lado. “Es la plaza del Ángel, ¿te acuerdas?”.
Ella asiente y musita: “Sí, sí, claro”. “Ahora estamos en la calle donde vive
María”. “¿María?”. Y mira de nuevo por la ventana, y tengo la sensación, porque
conozco esos ojos y esa mirada, que no recuerda quién es María ni la plaza
dónde hemos estado antes. Y a cada momento, el señor acaricia la mejilla de su
mujer. Le pone una mano protectora en el hombro. Bajan al cabo de unas paradas.
Todo el mundo les ayuda para que no se caigan. Nada más bajar del autobús, la
mujer le da la mano y los dos, se alejan muy lentamente.
No he querido ni podido quitármelos de la cabeza en
todo el día. Pensar en su día a día, en todos los días a días de su vida y enfrentarme,
de nuevo, a cómo algunas enfermedades nos quitan algo tan valioso como la
memoria. Pensar en los duros momentos que implica la enfermedad y todo el amor
que vi concentrado en esos gestos. Pero cómo aún y así, sabemos instintivamente
que debemos cogernos de esa mano. Y pienso en lo maravilloso que es tener
siempre esas manos. Cuando somos pequeños las manos de mamá, papá, hermanos,
tíos… y más tarde, amigos, amigas, parejas… y ahora soy yo la que doy la mano a
las pequeñas, pensando en la seguridad que ese simple y maravilloso gesto nos
das a todos.
Al leerte en el twitter esta mañana, he estado gran parte del día pensando en el matrimonio del autobús...
ResponderEliminarLo llevo muy reciente... el Alzheimer es brutal! En tan poco tiempo como puedes olvidar toda tu vida, tus hijos, nietos...
Tenemos que aprovechar la vida al máximo!
Un beso enorme!
Cuanta razón tienes! tenemos que aprovechar cada momento!
EliminarQue dura es esa enfermedad, para el que la padece y para el que mantiene los recuerdos junto a ella. Hermosa entrada.
ResponderEliminarGracias Lianxo Bloguera...
Eliminarquién la vive de cerca sabe lo dura que es... no sólo para quién la tiene, sinó todo el entorno familiar... durísimo...
Qué grande preciosa... Me tienes emocionada ... Cuando me planteo esta situación sólo pido poder contar con su mano fuerte a mi lado...
ResponderEliminarMuac!
Qué importante es tener esa mano cerca... esa sensación de seguridad... MUAKS
EliminarUn post preciós. Gràcies per compartir l'instant i reflexió.
ResponderEliminarGràcies Lucía!
Eliminarrealment em va emocionar molt
Hemos padecido esta enfermada con la abuela y... el adjetivo ´duro´se queda corto... Ánimo a todas las familias que están con a cuesta con esa enfermedad!! Bss
ResponderEliminares una enfermedad que llega a "destrozar" el entorno. Qué importante es CUIDAR A LOS CUIDADORES tambien!!!!!! Un beso
EliminarEn mi familia desgraciadamente vivimos esta enfermedad con mi adorada yaya. Fue muy duro verla deshumanizarse poco a poco. No recordaba, no nos reconocía, no mostraba sentimientos hacia nosotros. Siempre con su mirada perdida y no siendo capaces de poder comprender qué pasaba por su cabeza. Sé que si ella se hubiera dado cuenta de lo que le estaba sucediendo no hubiera podido soportar tal dolor. Un beso Núria.
ResponderEliminarAaaayyyy nena... es que realmente es una enfermedad muy dura... un beso enorme!
EliminarPrecioso precioso precioso precioso y PRECIOSO
ResponderEliminarQue lo sepas. Me has emocionado.
Porque me encanta como escribes, la ternura y admiraciñon con que nos cuentas las cosas TIENES PREMIO EN MI BLOG :)
Muak. ¡¡FELICIDADES HERMOSA!!
http://mamitadelsur.com/2013/11/22/tengo-premio-oiga/
Gracias preciosa!!!! eres un sol!!!
Eliminarufff..precioso! Algo que me hace sentir genial es pasear de la mano de mis hijos, me encanta cuando Olivia se para en la puerta de casa mientras guardo las llaves o busco algo en el bolso, empiezo a caminar y dijo: Venga, vamos. Y ella replica: Mamá, la mano. Doy media vuelta y se la doy. Ocurre practicamente a diario y ahora me has hecho pensar en ello y en que mañana intentaré rectificar y no dar un paso si su pequeña mano entre la mia. Gracias por compartir con nosotros esa escena tan tierna.
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