Ona le ha cogido
"manía" a la extraescolar de natación. El último día antes de
vacaciones (ese día no pude acompañarlos), comenzó a llorar y a decir que tenía
dolor de estómago. Se quedó tranquila con las madres.
Ya lo intuía, así que
durante las vacaciones, estuve hablando con ella y le comenté que si algo de lo
que hacían en clase le daba miedo, que se lo dijera y explicara a su monitor y
lo más probable es que no tuviera que hacerlo. Así no tenía que sufrir ni
ponerse nerviosa. Se me quedó mirando y me decía que sí, que se lo diría.
El lunes pasado volvimos a natación. Fui para ver cómo iba y de paso, hablar con el monitor de Ona, para
ver cómo la veía a ella durante la clase. Una vez cambiada, empezó a lloriquear...
La acompañé al baño y comenzó a llorar. A mí estas situaciones me
"matan". ¿Cuál es la mejor reacción? ¿Cuál es la mejor manera de
ayudarles? ¿Qué debemos hacer si no nos acaban de explicar qué les pasa? Le
volví a preguntar y me dijo que tenía miedo. Otra madre puso sobre aviso a su
monitor y en nada ya lo tenía allí. Era el momento de hablar con él. Me comentó
que cuando hay algo que no ve claro, Ona sencillamente no lo hace. Que en
cambio, hay otras actividades que se lo pasa muy bien y hace sin problemas. Y
comentó que no pasaba nada si en algún momento no lo quería hacer o se ponía a
llorar.
Tenía que decidir.
Tenía que decidir qué hacer y que Ona entendiera que aquella era mi postura,
que también serviría cuando yo no estuviera. (Me había estado mirando
atentamente y escuchando de qué hablábamos). Le sequé las lágrimas y le dije
que tenía que ir con los otros niños a la clase de natación. La cogí de la mano
y la acompañé a la piscina, donde otro monitor la cogió. Con el corazón
latiendo a mil por hora, me volví de espaldas y salí. Salí corriendo, con esa
terrible sensación de no saber si estás haciendo bien las cosas o no.
Es importante que
aprenda a nadar, una cuestión de seguridad. Pero… ¿y si le coge manía y aún se
cruza más? Si no le gusta y yo le obligo, ¿qué pensará de mí? ¿Le estoy
haciendo bien o mal? ¿Cómo debería reaccionar? ¿Qué le debo decir? ¿Cómo lo
hemos de tratar?
La cabeza me hierve y
de camino a la cafetería veo a su hermana gemela, Estel, lanzándose al agua de
un salto, hundiéndose, pero empezando a mover los brazos para llegar hasta el
monitor, que le espera a dos metros de donde ha saltado ella. Una de las madres
me comenta que ha sido la primera en hacerlo y que antes ya ha hecho otro
ejercicio y que ha sido "muy valiente". Cuando algún fin de semana
vamos juntos a la piscina, es una de las cosas con las que vamos con más
cuidado: no hacer comparaciones. Hay que evitar decirle a Ona comentarios tipo
"ostras, Ona, mira qué bien lo hace Estel, a ver si tú también lo
haces" ... porque entonces Ona se cierra en banda. Y es que no me canso de
decirlo. Son gemelas. Pero son dos hermanas, absolutamente diferentes. Sólo que
se llevan 3 minutos de diferencia a la hora de nacer.
Tenemos 20 minutos
para hacer el café, y el tema de conversación gira alrededor de otros años, y
de las experiencias cuando los niños cogían miedo al cursillo y lloraban. Yo
sólo pienso en Ona y en cómo lo debe estar pasando y qué debe estar haciendo.
Cuando salen, su monitor me dice que ha ido bastante bien, que han hecho un
trato. "La semana que viene no llorará y si hay algo que no quiere hacer
me lo dirá", me comenta. Ona me coge la mano y sonríe. Yo también. Detrás
suyo aparece Estel y también le da la mano.
"Ona, al final te
has bañado, ¿verdad? Te he visto ". (Me la como).
Los niños cogen
miedos y nosotros los tenemos que ayudar. ¿Habéis pasado por una situación
similar a ésta? ¿Como lo has tratado de solucionar?
Lo has llevado genial, yo no sabría como llevarlo, lo cierto es que tengo miedo a que llegue esa época y no saber qué hacer!
ResponderEliminarbesos
Oh, yo soy mucho más temerosa y pienso inmediátamente lo peor. Que bueno que para Ona las cosas resultaron tan bien, y tendrá confianza para contarte más cosas que le agraden y que no.
ResponderEliminarSaludos.