Extraescolares.
Ahhhh, un nuevo mundo. Aquello de lo que todo el mundo me hablaba el año pasado
y todavía no sabía qué era. Y es que voluntariamente (por nuestra parte), el
curso pasado las pequeñas no hicieron nada fuera del horario escolar. Este año
ya lo he descubierto. Y lo mejor del extra escolar... lo dejaré para el final :-)
P4.
Las hemos apuntado a natación. Consideramos que es un aspecto importante a
aprender, y a menudo vamos a nadar. En verano, les encanta la piscina y la
playa. Teníamos la opción de apuntarlas en el club, al lado de casa, pero son
un poco miedosas, o sea que priorizamos que vayan con otros niños de la clase y
la escuela. Además, son turnos rotativos de padres para acompañarlos y no hay
que estar cada lunes al pie del cañón.
Primer
día. Me tocó ir a mí y pensé que las pequeñas estarían más seguras si me veían.
Estel, que para estas cosas es más decidida, no tuvo ningún problema. Se fue
con el monitor a nadar. Ona, a quién los
lugares nuevos y las situaciones que no domina le cuestan un poco más, se puso
a llorar y se me agarró a la pierna. Sí, seguro que conocéis la situación de
intentar caminar y avanzar con una criatura que se coge y arrastra colgada de
tu pierna. Pues ÉSA situación. La monitora me preguntó que “qué hacíamos”, y le
dije que la cogiera y hacia dentro a la piscina. Con esa sensación que sabes
que debes hacerlo y aquel daño en el corazón de dejar a la pequeña llorando.
Pero al final salió riendo y contenta, diciendo que se habían cogido a una
barandilla dentro del agua. Sé que le costará un poco más que a su hermana,
pero la niña va contenta a natación y se lo pasa bien.
Lo
mejor, lo MEJOR del extraescolar de natación: salir corriendo del trabajo para
ir a la escuela, reunirte con las otras madres y distribuirnos los niños. Corriendo
los recogemos de la escuela y los llevamos hasta la plaza donde nos espera el
autocar. Llegar a la piscina, entrar en un pequeño vestuario con una veintena
larga de criaturas y 7 adultos, con aquel aire cargado de las piscinas y aquel
calor sofocante. Ayuda a cambiarlos y prepararlos. Controlar que todo esté en
su sitio. Cuando ya están con los monitores tenemos un momento para sentarnos y
tomar algo y charlar un rato. No demasiado. El tiempo pasa rápido y nos debemos
preparar para recogerlos a la salida de la piscina. Rápido, rápido, porque el
autocar nos espera afuera y los debemos tener a todos vestidos, recogidos y
comprobar que no hemos perdido nada al vestuario. ¿Por qué cuestan tanto de
poner algunos calcetines? Bufff, suerte que pedimos que lleven ropa cómoda,
nada de medias ni refinamientos. ¿Todo el mundo lleva zapatillas? Contarlos a
todos, salir en fila india y hacia el autocar. Estoy sudando. Como nunca. Tengo
un calor horroroso. Podríais pensar que es una tarde horrorosa. ¡Pues no! Lo
mejor del extraescolar de natación, es que por el mismo precio, yo hago
ejercicio y sauna. Todo en uno. Mira, un día que me ahorro de ir al gimnasio y
un consiguiente cargo de conciencia menos.
Momento sauna... que en invierno, bueno... pero a eso de mayo empieza a pasar factura...
ResponderEliminarMe gusta eso de ejercicio y sauna para nosotras. Me lo apunto!
Me apunto que cuenta como hacer ejercicio y sauna!
ResponderEliminarJa ja!!! Ese día cena y postre sin remordimientos!!!!!
ResponderEliminarAdemás, dormirán como tronkos ¿no????
¿No es noche tranquila?
Menos mal que lo ves todo a través del cristal rosa jaja
ResponderEliminarMe alegro de que a las dos les guste natación, aunque a Ona le cueste un poquito al principio
Pero merece la pena por verles cuando disfrutan!!!! Cuanto sacrificio!!!
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