La Invasión Twin
está de semi-vacaciones. Ya lo habréis notado. Los últimos meses han sido ajetreados y la verdad es
que han faltado ganas y energía. Pero hoy me siento (con retraso, mucho
retraso), a escribir sobre el evento de Gestionando Hijos en Barcelona, hace ya
un par de semanas, porque realmente fue muy interesante y hay ideas que quería
compartir. No supe si podría ir hasta ultimísima hora, así que me lo tomé como
un regalo. De entrada, muchísima gente (muchos conocidos), grandes ponentes y
buen formato. Está claro que de algunos conferenciantes me hubiera encantado
que pudieran pasarse de los 10 minutos de rigor y con otros no coincidí
demasiado en algunas ideas. Pero sí que hubo frases e intervenciones que me
hicieron darle muchas vueltas a la cabeza. Cómo muchos sabéis, la gestión de
emociones es uno de nuestros caballos de batalla con una de las mellizas, así
que tenía que estar muy atenta.
No pude estar en todas las conferencias, pero os dejo
algunas ideas, las frases que más me impactaron. En realidad, estaba escuchando
y al mismo tiempo proyectando en las twins. La cabeza, que siempre se nos
dispara, ¿verdad?
Fernando Botella (especialista en
creatividad, gestión del talento e inteligencia emocional) habló de cinco esencias para potenciar el talento. Pero yo me quedé con
una frase: “No hay ninguna aventura que empiece con un NO”. Y pensé en cuántas
veces un NO nos hace rebelar y decidir tirar para adelante, aunque sea para contrarrestar ese NO.
Álvaro Bilbao (neuropsicólogo), habló sobre el uso de las
nuevas tecnologías. Aseguró que el mito que los niños deben familiarizarse con
las tecnologías cuánto antes mejor, es falso. No es necesario. (Que se lo cuenten a mi madre, que con 80 años
le regalamos un smartphone. Creíamos que nos lo tiraría por la cabeza. Ahora es la
reina del Whatsapp). En todo caso,
las tecnologías nos hacen más impacientes (esperad,
que hace 10 minutos que no compruebo si tengo notificaciones o menciones en
Twitter). Y mientras, en las ponencias, todos estábamos móvil en mano, con
Twitter o IG retransmitiendo lo que estábamos escuchando (que sí, que podemos hacer varias cosas a la vez).
La pedagoga Eva Bach me conquistó. De entrada dejó claro
que “la adolescencia es terrible… terriblemente maravillosa”. Así que concentró
sus minutos en explicar cómo educar EN y PARA los adolescentes. (Sí, quizá me
queda un poco lejos aún, pero es que con las mellizas, y cómo son, necesito
prepararme para ello). Desgranó cada una de las letras de ADOLESCENCIA, para
detallar por ejemplo, que los adolescentes necesitan madres y padres plenamente
adultos, que estén en su lugar de adultos y lo ejerzan. Para adolescentes ya
están ellos, así que no somos si colegas ni amigos (coincido plenamente).
Eva Bach “dibujó” la etapa cómo una montaña, des de una
edad (11-13 años) en que “acatan”, luego dudan, discrepan y discuten (entre los
14 y los 16, una etapa mucho más emocional) y que representa el pico de la
montaña, y luego la bajada, dónde llega la calma, con diálogo y respeto (17-20
años). (Reconozco que aquí ya estaba
sudando, imaginando estas discrepancias con las twins, por los sentimientos, la
ropa, los celos o por qué una tenía tres novios y la otra no. Es que me lo
imagino…. Y tiemblo).
Sobre los límites, famosos límites: Bach dijo que los
adolescentes necesitan adultos que digan NO, que les dejen quejar cuando les dicen
NO, y que también sepan mantenerse en
el NO a pesar de sus quejas (para eso no
hace falta esperar a la adolescencia, yo lo practico ya desde hace tiempo…).
¿Adolescentes subtitulados? Bach contaba: Cuando un
adolescente dice ‘¡Ya lo sabía!’ quiere decir ‘Gracias, no tenía ni idea pero
no quería que nadie lo supiera. Ya te lo agradeceré dentro de diez años, mamá’.
(Vale, ahí me reconozco a mí misma… y a
una de las mellizas. Me lo apunto para dentro de diez años).
La psicóloga Begoña Ibarrola habló de algo que tenemos muy
presente con una de las mellizas: la gestión emocional, y de la importancia que
tiene para prevenir problemas en la vida. No es fácil hablar de estrategias, por
ejemplo, cuando el niño se enfada. Debemos enseñarle que puede enfadarse, pero
que no puede reaccionar pegando o insultando, sinó que debe expresarse de una
forma más adecuada. (¿Cómo enseñamos a un volcán a entrar en calma? Pues en esas
estamos).
Mis queridos ‘Papás blogueros’ dieron una lección de no
querer ser “padrazos”. Porque es una palabra en la que no creen. Son padres,
unos hombres plenamente conscientes de su paternidad, de lo que implica y de lo
que representa. Es decir, saber los horarios del pediatra y cómo se llama el
hermanito pequeño de Peppa Pig. Cuidado, que se tiene que ser un padre muy
conciente para aprobar el examen que plantearon. ¡Bien por ellos y por todos
los hombres que entienden qué es ser COMPAÑERO y PADRE en mayúsculas!.
Y finalmente, Carles Capdevila, director del diari ARA le
puso el toque de realidad – humor a la jornada. Porqué esto de la m/paternidad a
veces es muy duro, así que vale la pena mirarlo des de la vertiente loca,
divertida y maravillosa…
Me dejo multitud de cosas, pero imposible resumirlo todo. Así que nada, como es habitual, te das cuenta que toca
continuar trabajando, día a día, en un máster del que todo y nada está escrito.
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