Este fin de semana nos hemos despedido de la playa. Con el inicio del curso
escolar, casi ha sido un "adiós, verano". He podido sentarme un rato
tranquila en la arena, y pensar en cómo ha ido este verano, del que todavía
tengo tantas cosas que contar. Pero me las quedo mirando cómo se bañan, saltan
olas y juegan en la arena delante de mí. Una dice que hace una cascada de agua
mientras la otra crea un castillo, pero en el fondo juntan las dos
construcciones.
¿Y sabéis qué? Me dan envidia y a la vez me hacen especialmente feliz. De
pequeña, yo no tuve ningún hermano ni primo de mi edad, y fuera de la escuela,
no tenía niños con quién jugar. Y es algo que vista con perspectiva, pienso que
echaba de menos.
Ellas son grandes compañeras de juegos. Sí, se pelean, claro... y se
enfadan. Y se quieren con locura. Las veo jugar, y escucho como ríen. Siempre
lo han hecho, desde pequeñas. Tienen sus historias y sus juegos. Supe que sería
un vínculo especial desde el momento de quedarme embarazada. La idea de tener
uno me hacía respecto, y de golpe, me llegaban dos. Una amiga me dijo que la
naturaleza era muy sabia. ¡Por supuesto!. Las mandó juntas, para que tuvieran
una compañera de vida. Y yo me las imaginaba cuando tuvieran dos años, como
serían. Y también ahora imagino cómo serán cuando tengan 7 u 8. Y me asusto un
poco en cómo será cuando sean adolescentes (si se pelearán mucho por la ropa o
nos lo pondrán complicado con el tema ‘salir de fiesta’). Pienso si vivirán
aquí o fuera, o qué querrán ser de mayores. Sólo confío en que siempre se
tengan la una a la otra, y que se quieran como lo hacen ahora. Una complicidad
única y difícil de explicar. Y me viene a la cabeza la imagen de dos gemelas
del barrio, que deben rondar los sesenta, y que muchas tardes las veo pasear
juntas. Imagino que cada una tiene su vida, pero que les gusta explicarse su
día a día.
Y mientras lo pienso, mis "pequeñas" se cogen de la mano y se
adentran, por enésima vez este fin de semana, a saltar juntas las olas. Es
maravilloso.
que bonito... yo tengo tres hermanos mas. Y aunque por generación solo pude jugar con la pequeña, es algo que recuerdo y guardo como un tesoro.
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