El señor Murphy ha vuelto a actuar. Falta que digas “suerte que eso no nos
ha pasado nunca, o nunca tan bestia” para que ¡patapam! . Con el título del
post ya podéis imaginar de qué os hablo. Empezó con la famosa foto y
comentarios de alguien a quién le molesta una mamá y su bebé en un tren. En estas discusiones lo tengo muy claro y
muchas veces lo he expuesto. Lo resumía perfectamente Anabel, de la Nave de V,
en un tweet (Decía: El planteamiento de es tan erróneo, en vez de vagones sin niñxs deberían pensar en poner vagones PARA niñxs, con ludoteca por ejemplo) Estoy de acuerdo con vagones de tren silenciosos, incluso vuelos y
restaurantes y hoteles sin niños. Pero sólo cuando haya vagones preparados para
familias y aviones que piensen en cómo viajas de Londres a Sidney con un bebé,
por ejemplo. Así que a raíz de las interesantes reflexiones que se crearon, me
pareció muy interesante el #stopniñofobia que propuso Orquidea Dichosa.
Así que cargada de pilas y sensible con el tema, pasamos estos días fuera
con unos amigos. En total, 4 niños. Tres de seis años, una mayor, de 11. El
domingo estábamos tomando café, después de comer, y mi marido pasó el
aspirador. Nos pareció oír unos golpes en la pared. Pero creíamos que debía ser
otra cosa. El lunes (nuestros amigos ya se habían ido), las peques estaban
preparando una obra de teatro después de comer y cantaban las canciones. Suena
el timbre. Son los vecinos. Sin decirnos ni ‘bonjour’ (estábamos en Francia),
nos dicen que las niñas están cantando y que molestan mucho y que por favor que
no hagamos ruido. Me quedé tan alucinada que en ese momento no supe ni qué
contestar. Por educación les dije que bajaríamos el tono. Eran las cuatro de la tarde.
Pero toda la tarde estuve cabreada. Sí, las peques cantaban. Y sí, a veces
las peques chillan. Y hablan alto, y juegan. Y saltan. Pero siempre respetamos
los horarios habituales de los sitios dónde vamos. Y si se pasan somos los
primeros que les pedimos que ‘keep calm’. No hacen ruido a primera hora de la
mañana, ni por la noche. Estaban cantando. Y luego recordé algo. El año
anterior, coincidimos con ellos también. Dos veces en 10 años. ¡Hemos
coincidido dos veces en 10 años! Pues el año anterior, sin conocerlos de nada,
pararon a otros amigos y les preguntaron qué cuando nos íbamos a ir, porque
hacíamos ruido y ellos iban al apartamento a descansar. ¡Suerte que son una
pareja joven!
Pues mirad, guapos. Si no queréis oír nada, os buscáis una cabaña aislada
en el bosque. Si os molesta el ruido a la más mínima, os compráis tapones para
los oídos. Si os molestan los niños, me sabe mal. Ellas están en su
apartamento, y si quieren preparar un musical, que canten y bailen. Y yo
añadiré que sois unos bordes y bastante mal educados, porque lo de los porrazos
en la pared fuisteis vosotros.
Así que antes de irnos, me fui decidida a su apartamento para decirles que
nos íbamos, que finalmente estarían tranquilos y preguntarles si venían alguna
vez más al año (en mi modo sarcástico ON). Pero... NO ME ABRIERON LA PUERTA. Estaban dentro Y NO ME ABRIERON LA
PUERTA. Así que me tuve que ir con las ganas de soltarlo. Y eso me cabreó.
Estuve mal todo el viaje. Me cabreó que me hicieran sentir mal, o que las niñas
hacían algo que estaba mal hecho.
Por suerte, ya tengo el discurso preparado para el próximo año. Y no me quedaré callada.
Por suerte, ya tengo el discurso preparado para el próximo año. Y no me quedaré callada.
A mí la polémica ferroviaria me pilló de fin de semana hotelero y aún así me incendió durante la hora de la siesta. Hay gente que parece que ya las parieron criadas, oye.
ResponderEliminarhay gente que parece que vivan sólo ellos en este planeta... ;-)
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